| Autor(a): Éfrin González |
La cuarentena ha permitido dedicar más tiempo a los pequeños. Catrina ha empezado a dar sus primeros pasitos hoy mismo. El entusiasmo en casa ha estado a pico debido al logro de la pequeña y tierna bebecita. La preocupación con ella ha sido una constante, ya que nació un poco baja de peso, pero ya se ha recuperado y tiene unos cachetitos muy chulos que se pueden besar de lado a lado.
Loui, su hermano mayor le da cariño y le muestra juguetes, aunque la diferencia de edad es de tres años y sus necesidades muy distintas. El niño mayor es un terremoto, como debe ser para un niño de su edad. A mí me han sido salendo algunas canas por el esfuerzo de la paternidad y la práctica de la paciencia, pero vamos bien. Aprendo danés con ellos y ellos aprenden español conmigo.
Seguimos preocupados por la situación en los Estados Unidos, país donde mi chica y yo tenemos familia. Seguimos las noticias con detenimiento para saber qué es lo que sucede y cómo se maneja desde la administración hiperbólica del cómico Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.
Por lo demás, el ritmo del trabajo y la vida cotidiana continúa. Nada nuevo.